Esto que viene a continuación son los que, pasados unos días después de terminar el libro de Maurici Pla, son algunas maneras de describir algunos proyectos conocidos por todos dentro de las categorías de dentro de un capítulo del libro; arquitecturas que permanecen y asumen su deriva y la representan clara y poéticamente, o aquellas que están ancladas con el deseo del naufragio.
Proyectos a la deriva:
Dentro de estos ejemplos, en el libro se nos habla de las solicitaciones del terreno, las maneras de responder a unas localizaciones más o menos singulares, aunque las que he elegido son las aquellas que con los días voy entendiendo y disfrutando.
Casa Milá, La Pedrera. Por supuesto...Gaudí (que poquito se nos explican sus maravillosas obras, al menos analizarlas un poquito, es que en la ETSAM somos muy así).
Proyectos a la deriva:
Dentro de estos ejemplos, en el libro se nos habla de las solicitaciones del terreno, las maneras de responder a unas localizaciones más o menos singulares, aunque las que he elegido son las aquellas que con los días voy entendiendo y disfrutando.
Casa Milá, La Pedrera. Por supuesto...Gaudí (que poquito se nos explican sus maravillosas obras, al menos analizarlas un poquito, es que en la ETSAM somos muy así).
Qué lugar más lleno de solicitaciones, de variables, de exigencias de paisaje urbano que satisfacer, que un chaflán de la ampliación Cerdá.
Casa de 3 patios, Mies van der Rohe. Aún me acuerdo que hacer una ampliación a esta gran delicatessen arquitectónica como mi primer proyecto de la carrera, bajo la (lo que entonces me pareció soberbia tutela de Luis Rojo y Luis Mansilla, pero ahora pienso que más que útil y sabia guía docente. En este caso la deriva es poética, la deriva sobre el papel en blanco.
Proyectos anclados, el deseo del naufragio:
Rafael Moneo, la verdad que le admiro. Desde mis primeros pasos ya una gran amiga de la Escuela me apodaba cariñosamente "Moneito Junior". El proyecto es el maravilloso Kursaal, San Sebastián; que ya en la memoria se anunciaban las rocas arrastradas y varadas en la orilla.
Dios...como me pone
Y con la más que útil e indispensable ayuda de Rafael Moneo (que dicen que hizo todos los cálculos geométricos necesarios), proyectó Utson la ópera de Sidney, otro ejemplo del naufragio (algo más formal). No hay foto de esto, porque me gusta menos y porque todos lo tenemos en la mente
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