Lo de volver al Palacio de Gaviria en un horario diurno me resultó extraño, hacía muchos muchos años, desde mi lejana época de estudiante en Colegio Mayor que no ponía en pie ni en el Palacio, y qué decir de la vecina Joy Eslava. Aprovechemos entonces la ocasión para ver el Palacio con otros ojos, y de paso entretenernos con una exposición montada para todos los públicos, muy divulgativa y en la que pude ver cosillas no tan conocidas de Maurits Cornelius Escher.
Castillo en el aire. 1928
Planetoide doble. 1949
San Gimignano. 1922
Serie. Roma nocturna. 1934
Muchos de los grabados de la primera época de Escher como especialmente la producción fruto de su estancia en Italia y la serie de nocturnos de Roma fueron nuevos para mí. Aquí, como ocurre en tantos otros autores, son estas otras obras menos conocidas las que muy posiblemente suponen un momento clave en sus procesos mentales-creativos para llegar a ser iconos innovadores en cualquier parcela. Se depura la técnica, se complejiza el lenguaje y se termina en obras tan conocidas que casi por aburrimiento no reproduzco aquí, aunque resulte divertido verlas en directo.
Comentario a parte merecen los precios de la entrada, la imposición de la audioguía, la inexistencia de muchos textos explicativos (justificados por la audioguía), los precios de la tienda y la reflexión necesaria al ver que la exposición está permanentemente llena, tanto como para prolongar dos meses su fecha de cierre.
¿Será que el acceso a los museos no está reñido con el precio sino con la orientación misma de las exposiciones? ¿Sería sostenible un sistema principalmente basado en exposiciones temporales de artistas muy propios de la cultura popular? A esto último, por supuesto que no, es necesaria una inversión a pérdida continuada para que todas las representaciones artísticas se encuentren al alcance de todos, es imprescindible mantener el abanico de alternativas siempre abierto, para llegar a cuantos más mejor. Tal vez sean los canales por los que se publicitan esas otras exposiciones menos visitadas sobre los que habría que meditar.
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