En mayo de este año tocó ir a la Fundación Juan March, cuánto me gusta por lo distinto de sus exposiciones, por lo grandiosamente bien montadas que están y por los pocos visitantes con los que suelo coincidir. También es interesante mencionar que la tienda para comprar algún poster-reproducción es especialmente barata, nada comparado al atraco a mano armada que vivimos habitualmente en el Thyssen o en el Prado y su extensísimo catálogo de fruslerías basadas en cada exposición temporal.
Tocó otro "chico Bauhaus", Lyonel Feininger (1871-1956) y por casualidades del horario pudimos engancharnos a una de las visitas explicativas que organiza la misma Fundación. Creo que a partir de ahora intentaré aprovecharme de estos recursos lo más posible, que por mucho que uno vaya a una exposición habiéndose estudiado un poco el tema no hay nada como que en directo (y por encima) te lleven de hito en hito, para después dar una segunda vuelta a la exposición con otros ojos.
Catedral del la luz. 1910.
Dorf (pueblo). 1929
Las dos imágenes anteriores muestran una de las cosas que más me impresionaron, fueron todas las xilografías y cómo según pasaban los años éstas se desdibujaban, se hacían más expresivas, más emocionantes. La primera es un icono absoluto, utilizada para el cartel-manifiesto de la Bauhaus de Weimar, manifiesto que rezaba:
"El objetivo último de las artes visuales es el edificio total. (...) Arquitectos, pintores y escultores, todos debemos volvernos hacia la artesanía. (...) Vamos a concebir, a considerar y a crear juntos el nuevo edificio del futuro que reunirá en una sola creación integrada: arquitectura, pintura y escultura elevándose al cielo, saliendo de las manos de un millón de artesanos, símbolo cristalino de la nueva fe del futuro".
Después, un sin fin de cuadros muy atractivos, los de "mar en calma" o barquitos en general me resultaron tan enmarcables que me llevé una reproducción que aún está pendiente de ser colgada.
"El objetivo último de las artes visuales es el edificio total. (...) Arquitectos, pintores y escultores, todos debemos volvernos hacia la artesanía. (...) Vamos a concebir, a considerar y a crear juntos el nuevo edificio del futuro que reunirá en una sola creación integrada: arquitectura, pintura y escultura elevándose al cielo, saliendo de las manos de un millón de artesanos, símbolo cristalino de la nueva fe del futuro".
Después, un sin fin de cuadros muy atractivos, los de "mar en calma" o barquitos en general me resultaron tan enmarcables que me llevé una reproducción que aún está pendiente de ser colgada.
Embarcaciones de recreo. 1929
Mar en calma I. 1926
La isla. 1923
Mar en calma III. 1929
Stadt VI. 1926
Es curioso ver cómo la trayectoria de un caricaturista absolutamente autodidacta se va moldeando hacia un lenguaje muy adecuado a su tiempo y a las vanguardias pero que aún así, mediante el color, mediante la técnica lo hace absolutamente suya esa manera de representación, ese estilo.
La dama de malva. 1922
Study of the cliffs. 1912
Dentro de la penuria de estos tiempos, absolutamente rotos y marcados por las guerras se enlaza una parte de la producción de Feininger humana, tierna y humilde. Los juguetes que tallados en madera y pintados conformaban el mundo de figuras con las que jugaban sus hijos. Es verdad que vistos de cerca resultan un poco producto de Tim Burton, aunque dentro del contexto de su obra son la materialización de las formas con las que ya hacía tiempo estaba trabajando.
La ciudad de los confines del mundo. 1925-55
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