miércoles, 29 de septiembre de 2010

Fringe

Volvemos al ritmo académico, Septiembre casi ha acabado y con ello vuelven, además de los reconfortantes días grises, las series americanas. Ahora que ya he superado el duelo por el final de LOST, sólo nos queda esperar que otras brillantes series vengan a sustituir ese gran vacío.
Hace como dos años, Carlos, amigo mio, estudiante de la E.T.S.A.M. y también de Ávila me dijo: "he encontrado una serie, de J.J. Abrahams (el productor de Lost), posiblemente te guste" y me dió un dvd con los 4 primeros capítulos.

lunes, 27 de septiembre de 2010

¿no-lugar; superlugar? Mercado Grande, Ávila

Leyendo sobre los Superlugares, además de las teorías de Marc Augé sobre la "Supermodernidad" y los "no-lugares" (tema al que entraré más adelante), recordé un trabajo sobre mi ciudad, casi un recuerdo de lo que era el Mercado Grande (Plaza de Santa Teresa) y hace 10 años, bajo el mismo nombre pasó a ser el proyecto de Rafael Moneo, que incluía la remodelación de la misma, la construcción de un frente de edificación y un parking "público" (razón por la cual la materialidad de la plaza pasó a ser dura, pétrea, inhóspita a los sentidos).

superlugares

"Aeropuertos, extrarradios, afueras, hoteles, museos, arquitecturas efímeras, ferias, recintos feriales, áreas de exposiciones, parques, jardines y plazas, bosques urbanos, murallas, glorietas, rotondas, explanadas, mercados, lonjas, zocos y rastros, rascacielos, hospitales, cementerios y tanatorios, parques empresariales, hipermercados, facultades universitarias, estadios, extrarradios, autopistas urbanas, ruinas históricas, ruinas contemporáneas, ruinas reconstruidas y centros históricos, edificios históricos invadidos por el turismo, parques suburbanos, estaciones de servicio, edificios de administraciones públicas, ríos de las ciudades, aparcamientos, playas ferroviarias, poblados marginales, mindscapes del paisaje artificial, factorías, industrias abandonadas por las reconversiones industriales, jardines históricos que han perdido su significación, óperas contemporáneas, torres de comunicación, puertos marítimos, malecones, invernaderos, parques históricos, mataderos, puertos secos, obras de construcción, urbanizaciones. Conforman el rostro permanentemente mudable de los superlugares, configurando espacios residuales vacíos, conformados a su vez como atrayentes y seductoras acumulaciones por las que caminamos, por las que nos desplazamos en nuestra inconsciente cotidianidad, sabiendo que estamos poseídos por ellas y que son ya nuestros inevitables refugios: fragmentos del presente y del pasado, donde todos los límites se desvanecen, donde el lenguaje es apocalíptico, donde se acumulan reminiscencinas, donde se martillea nuestra propia historia y en los que los pensamientos se despliegan."
"superlugares. los espacios inter-media"
José Luis Esteban Penelas

martes, 21 de septiembre de 2010

un poco de Wabi-Sabi

Un remate al Verano, viaje relámpago "al Pueblo". Ese pueblo que muchos hemos tenido, que hemos disfrutado de su humilde tamaño, libres desde niños a pasear, corretear, pelear y malear en cada una de las esquinas. Pueblo muchas veces confidente; "lo que pasa en el pueblo se queda en el pueblo". Místico generador de experiencias y contenedor de engaños infantiles, o es que nunca habéis dudado de aquello que dicen algunos sobre "la novia del pueblo".

jueves, 9 de septiembre de 2010

rutina y lectura

Al final, con los dos libros en casa, sin realmente saber con cuál de ellos empezar, lo más fácil... con los dos. Basándome en un criterio fundamental que estructura muchas de mis decisiones, el confort y la facilidad, me explico; como los formatos son muy distintos en casa tranquilamente el de Moneo y para transportar el de los superlugares.
Lo que he ido sacando en claro de uno y otro, es que Esteban Penelas escribe con un gran, grandísimo y rebuscadísimo diccionario de sinónimos al lado (he ampliado mi vocabulario con palabras como occiso) y realmente es entretenido por la cantidad de enrevesadas informaciones que aporta. El de Moneo más entretenido, mucho más racional dejándome todo el poso cultural e histórico que acompaña al autor.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Vitruvio

Pensad cuántos estudiantes, cuántos jóvenes arquitectos no hemos leído "Los diez libros de Arquitectura", y que después de tantos años sólo relacionamos con aquello de "Fírmitas", "Utílitas" y "Venustas". No pasa nada, para eso están las lecturas alternativas, para eso están esos sabios contemporáneos que nos ofrecen sus opiniones de la actualidad con acertadas citas.
Hablo de Moneo, y del libro ese que ya comenté que me compré este verano, y es Moneo debatiendo consigo mismo sobre la evolución del problema-concepto de la arbitrariedad en la arquitectura. Así es como empieza, citando la manera "arbitraria" en la que Vitruvio explica cómo nació el orden corintio. La verdad que es una historia deliciosa.

"Una muchacha corintia, de buena familia, dispuesta ya para sus esponsales, enfermó y murió. Tras el funeral, su sierva recogió en un cestillo las vasijas y las copas que la muchacha amó en vida y las llevó al monumento, dejándolas en lo más alto del mismo. Cubrió el cestillo con un ladrillo garantizando así el que sus pertenencias la sobrevivieran tanto más que si el cestillo hubiera quedado abierto. Por caso, colocó el cestillo sobre una raíz de acanto que, a pesar de estar sometida al peso del cestillo, floreció en primavera con profusión de tallos y hojas. Los tallos al crecer, forzados por la presencia del ladrillo sobre el cestillo, ser rizaron formando volutas en los ángulos. Calímaco, a quien por la elegancia y el refinamiento de sus labras los atenienses llamaban Catatechnos, pasó frente al monumento y reparó en el cestillo y en las tiernas hojas. Atraído por el conjunto y la novedad de aquella forma, labró para los corintios columnas inspiradas en aquel modelo, fijando así las normas de sus proporciones."

Invención del orden corintio
grabado de Fréart de Chambray, 1650

El artículo (más que recomendable) continúa haciendo una reflexión acerca de cómo, un orden que nació arbitrario se estandariza, se incorpora totalmente a una sociedad y no se llega nunca a plantear la verdadera razón de su ser hasta el Siglo XVII con una revisión del Vitruvio hecha por Claude Perrault.