Volvemos al ritmo académico, Septiembre casi ha acabado y con ello vuelven, además de los reconfortantes días grises, las series americanas. Ahora que ya he superado el duelo por el final de LOST, sólo nos queda esperar que otras brillantes series vengan a sustituir ese gran vacío.
Hace como dos años, Carlos, amigo mio, estudiante de la E.T.S.A.M. y también de Ávila me dijo: "he encontrado una serie, de J.J. Abrahams (el productor de Lost), posiblemente te guste" y me dió un dvd con los 4 primeros capítulos.
Empecé a ver Fringe, que resumiendo es una mezcla entre Alias y the X-files, comencé a verlo con Teresa (mi novia) casi ritualmente semana a semana y ahora que el jueves pasado estrenó temporada vuelven los placenteros (y un poco frikis) hábitos otoñales.
El objeto de este post no es presentar una serie maravillosa (que animo a verla en VOS porque doblada deja mucho que desear), sino incluir el puntito arquitectónico de la misma.
Cuántas decisiones no se toman, cuántos caminos alternativos se prodrían hacer reales en otros universos... pues aquí una, el proyecto de Grand Hotel en Nueva York de Gaudí.
Éste es un proyecto que Gaudí comenzó a desarrollar en el año 1908 por un encargo de unos industriales americanos. Con los años el proyecto se quedó como una idea perdida y los dibujos desarrollados desaparecieron para luego ser reinterpretados en litografías realizabas por el escultor Juan Matamala (hijo del maquetista de Gaudí, Lorenzo Matamala) cuando los dibujos aún estaban en su poder.
Se hubiera llamado Grand Hotel Attraction, con unos 360 metros de altura (más o menos como la Torre Eiffel) y en el año 1908 hubiera sido todo un hito cultural, y especialmente constructivo.
Más info sobre el proyecto: La Aldea Irreductible
Fringe en Fox: Finge
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