domingo, 28 de septiembre de 2014

exposición LeCorbusier. Caixaforum

Sábado por la mañana, en un rato de esos que se quedan muertos entre planes ya previstos, me escapé a ver la exposición de LeCorbusier, antes de que se termine el día 12 Octubre.
Ir al Caixaforum siempre es reconfortante, un buen paseo hasta llegar allí, un maravilloso edificio, un concepto de exposiciones más moderno, dinámico; eso sí, estaba llenísimo de gente, más que de costumbre y eso que ahora cobran entrada.
La exposición muy bien estudiada, con la versatilidad de las salas del Caixaforum se pueden desarrollar recorridos, distintas compresiones de los espacios expositivos, variedad de elementos a exponer, y por supuesto, muy bien explicado, desarrollado y relacionando cada obra y acontecimiento de LeCorbusier con su entorno y las repercusiones de sus decisiones.
Salí de la exposición con un poco la idea de que me había resultado demasiado divulgativa y poco especializada.
He de reconocer que ver esos dibujos que tantísimas veces había visto en foto, en libros, esas perspectivas de La Ville Radieuse, la ciudad para 3 millones de habitantes, La Villa Savoye... en su escala real, en su textura de papel vegetal, son impresionantes. Más todavía cuando se percibe el trazo un poco tembloroso de una mano alzada, pero segurísimo, limpísimo, tan plástico y tan directo. Después a partir del Inmueble Villa parecía que los dibujos estaban más trabajados, más definidos y en definitiva me parecían menos sinceros.
Dos me resultaron muy atractivos, uno eran las acuarelas del perfil de la ciudad de Estambul (1914) y una perspectiva de la cubierta de la Villa Savoye.

El puntito de decepción es que eché en falta algo más, algún dibujo, detalle constructivo, algo,  de mis dos obras favoritas, que son  La Tourette (1953) y Notre Dame du Haut (1954).

Es difícil reconciliarse con la obra de LeCorbusier, requiere mucho tiempo y mucha lectura y redibujarse plantas y secciones para descubrir mucha de su magia. Por eso mismo y con la curiosidad del reencuentro me vuelvo con tareas debajo del brazo y es investigar un poquito sobre 3 obras que me resultaban desconocidas o casi: Basílica de Sainte Baume (1948), Maison Errazuriz (1930) y Villa Mandrot (1929).




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