lunes, 29 de septiembre de 2014

MAN

El domingo Teresa y yo nos escapamos a ver el MAN, Museo Arqueológico Nacional; bueno, principalmente era para ver la rehabilitación y la intervención que lleva abierta desde Abril de este año. Con un acceso no frontal al museo y descendiendo al nivel sótano, que me recordó a la manera de entrar en el CaixaForum de Barcelona de Arata Isozaki (aunque luego no tan parecido), ver el logo del MAN sobre un muro de mármol travertino y una entrada diáfana propia de un museo contemporáneo. Una muy buena primera impresión.


La verdad, es una joya de museo, ya no sólo la intervención arquitectónica realizada por el estudio Frade Arquitectos, de Juan Pablo Rodríguez Frade, sino por el conjunto de arquitectura y proyecto museográfico.
Ejemplo del éxito es la vida que tenía el MAN ese domingo por la mañana, lleno de niños, realmente disfrutando (junto con los padres) de cada vitrina, cada gráfico, cada explicación. La inversión es lo de menos si el resultado es así de satisfactorio, si al final responde a la demanda de cultura para la sociedad y ofrece una oferta expositiva moderna y atractiva.

Dejamos la visita, habiendo sólo paseado por las dos primeras plantas, sin prestar demasiada atención a nada, un tanto obnubilados por tanta novedad, prometiendo otra visita para mirar las cosas con algo más de calma. Me llevo grabado en la cabeza la direccionalidad dibujada por pavimentos y techos, la madera de merbau (q me enterado después) acanalada y los dos recuperados patios que oxigenan el ritmo un tanto frenético de las otras áreas de exposición.
Después probamos a comer en un restaurante de Lavapiés, Los Chuchis. Llevábamos mucho tiempo queriendo ir e intentando reservar mesa. Y resultó muy bien, recomendable.



No hay comentarios: