miércoles, 24 de septiembre de 2014

Fundación Lázaro Galdiano

El pasado fin de semana nos escapamos a ver la Fundación Lázaro Galdiano, que hacía tiempo que estaba entre las cosas pendientes que ver en Madrid.
Una muy buena experiencia, me sorprendieron muchas cosas, entre ellas la estructuración de toda la colección; con la planta baja con un carácter mucho más museístico y con salas como "la cámara del tesoro" con una exquisita organización y un ambiente íntimo muy propio al nombre. Me llamó mucho la atención cómo colgaban algunas piezas dentro de las vitrinas y la composición de la colección.

Las plantas superiores siguen la organización doméstica del palacete, con una muy buena explicación espacio por espacio tanto de los elementos expuestos como de la propia arquitectura.

Me alegró ver una obra de Carreño de Miranda, "Retrato de Doña Inés de Zúñiga",  que este mes es portada le la revista "Descubrir el Arte" donde desarrolla la historia del autor y el olvido
de un pintor de cámara de la casa real de Carlos II en el cuarto centenario de su nacimiento.
La obra de arte invitada era "campo cercado con labrador" 1889, Vincent Van Gogh. Para ser contemplada en soledad, en una pequeña sala que casi pasa desapercibida y que te permite ausentarte del entorno y pasar unos muy buenos 5 minutos en silencio.
Es costumbre mía apuntarme algunas obras que en el momento de verlas me llamaran la atención, me gustaran en un primer golpe de vista y son: "Estigmatización de San Francisco de Asís", que es una puerta de un díptico y me resultó de estética muy "anime". El otro es "Ana de Austria" de Sánchez Coello, que después de estar mirándola un rato, su mirada se me asemejó mucho a "la dama del armiño" que acabo de leer que está atribuida a Sofonisba Anguissola y no al Greco. Y uno más "La comunión de Santa Teresa" de Juan Martín Cabezalero.





En la planta superior, la zona de las colecciones, una mareante cantidad de medallas, monedas, armas, todo organizado en grandes vitrinas y un sistema de cajones que el visitante puede ir abriendo casi cotilleando entre todos los objetos. Y la colección de tejidos sacados de mil sitios y de mil fechas.

La Fundación Lázaro Galdiano es una joya poco conocida en Madrid y totalmente recomendable, eso sí, tener reservadas al menos un par de horas para verlo con algo de tranquilidad y después dar una vuelta por el jardín exterior y ver así todo el palacio de Parque Florido.

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