Creo que no he seguido el guión adecuado para leer este libro, tenía que haber esperado a la oportunidad de poder viajar y quedarme 3 meses en Nueva York, y allí, día a día, leer uno de los 87 pequeños capítulos-artículos del libro. Así pasito a pasito ir apuntando cada referencia musical, cada local, los distintos paseos y las maneras de perderse en una ciudad a la que todavía he tenido la oportunidad de visitar.
Para resumirlo bien podría bastar decir que habla de arte, de música, de la invisibilidad humana, de los contrastes tan apasionantes como desagradables que esta ciudad puede ofrecer, de íntimas experiencias de amor, del retrato de un atentado que abrió el nuevo siglo y de la melancolía ambivalente del que llega y añora como del que se va y recuerda.
Ahora ya tengo otros dos libros en la recámara, uno es "La mujer Loca" de Juan José Millás, al que muchas veces he escuchado en la radio junto a Gemma Nierga, tantas contraportadas del El País de los viernes y del que sólo he leído "El mundo", un libro que me marcó, apasionó y que no tardaré en releer porque es una pequeña maravilla. El otro libro es de arquitectura y tendré ocasión de comentarlo un poco.
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