Al final, la mejor manera de aprender cualquier cosa, es viviendo la experiencia en primera persona; yo escuchaba descreído cuando en la Escuela hablaban de los viajes de "arquitectura" como grandes experiencias de aprendizaje, creo que a alguno de esos viajes fui yo, pero con la misma atención que la que ponen muchos adolescentes de instituto cuando les llevan de excursión a ver algún museo.Ahora, después de haber leído bastante y haber disfrutado la Arquitectura desde las más variopintas perspectivas es cuando viaje, elijo el destino que más me apetece, o que me puedo permitir, y con más intensidad experimento.
Una escapada a Mérida, suficiente como para tener en el Museo de Arte Romano una experiencia mística, puede que fuera la obra que lanzó definitivamente al estrellato a Rafael Moneo y le puso entre el StarSystem, dentro de los menos estrambóticos de sus miembros, y todo 10 años antes de que le dieran el Pritzker.








































